Los efectos del internet en nuestro cerebro

Hola amigos hoy les traigo otra noticia que nos involucra a todos los viciosos del internet y no tan viciosos jajajj



Según el Dr. Gary Small, un científico de la UCLA, toda esta actividad relacionada con Internet nos cambia sutilmente. Small, que en realidad es uno de los neurólogos más importantes de los Estados Unidos, acaba de publicar un libro titulado “iBrain – Surviving the Technological Alteration of the Modern Mind” (algo así como “ iBrain – Sobrevivir a la alteración tecnológica de la mente moderna”), en el que describe la manera en que cree que las nuevas tecnologías impactan en nuestro cerebro. Los resultados de su investigación indican que el uso de internet y la navegación por la web “tienen un marcado efecto en nuestros cerebros” que, siempre según sus dichos, son mucho más flexibles de lo que la mayoría de la gente cree. Especialmente -nos recuerda Small- en el caso de los jóvenes.

La mayor parte de nuestras acciones diarias, repetidas hasta el cansancio -como la investigación y la navegación web- pueden incluso promover el crecimiento de las neuronas y sus conexiones dentro del cerebro, afectando nuestro pensamiento y comportamiento. Por supuesto, como ocurre a menudo, no todas son buenas noticias. Si bien Internet parece aumentar nuestras funciones cerebrales en algunos aspectos, el trabajo de Small descubrió que también puede conducir -por ejemplo- a la pérdida de memoria. De hecho, se conocen algunas investigaciones que sugieren vínculos entre el uso excesivo del ordenador y condiciones médicas como el trastorno por déficit de atención, la depresión y la ansiedad, sobre todo en personas jóvenes.
















Pero es muy posible que los aspectos positivos del uso de internet superen ampliamente a sus efectos nocivos. La investigación de la UCLA ha puesto de manifiesto que sólo una hora de uso de Internet por día puede mejorar las funciones cerebrales de forma perceptible. “A medida que nuestro cerebro es modelado por nuestras actividades diarias y el uso del ordenador, se producen cambios que pueden tener efectos profundos en nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos”, dice el profesor Small. “Podemos mejorar nuestros tiempos de reacción frente a los estímulos visuales y mejorar de muchas formas nuestra capacidad de atención. Desarrollamos una mayor capacidad para tamizar rápidamente grandes cantidades de información y decidir qué es lo importante y lo que no nos interesa. De esta manera, nos adaptamos a hacer frente a las cantidades masivas de información que aparecen y desaparecen en nuestras pantallas mentales continuamente.”

Sin embargo, algunos investigadores ubicados en la vereda opuesta de Small temen que el uso prolongado de ordenadores pueda dañar algunas habilidades sociales. Un estudio de la Universidad de Stanford, por ejemplo, encontró que por cada hora que pasamos en nuestras computadoras, el tiempo de interacción “tradicional” con otras personas, cara a cara, disminuye en unos 30 minutos. Con menos contacto físico y dejando de utilizar el lenguaje corporal, corremos el riesgo de comenzar a interpretar mal a los demás. Nuestras relaciones humanas pueden sufrir, porque las zonas del cerebro ubicadas en la corteza prefrontal -las que responden a las expresiones faciales- cada vez estarán menos desarrolladas.

Parece que las opiniones están divididas. Es bastante obvio que -si nos vamos a los extremos- un tío que pasa 20 horas al día frente a un ordenador será prácticamente un imbécil en el mundo real: Puesto en un pub frente a una señorita empezará a buscar como loco el ratón o el botón de “play”. Pero es innegable que ejecutar nuestro cerebro -ya sea utilizando internet o cualquier otra herramienta- a largo plazo tiene que ser positivo. El secreto, como dice Small, parece ser encontrar un cierto equilibrio entre el tiempo que le dedicamos a cada cosa.

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